20040831

No hay cosas que el dinero no pueda comprar

Hoy me desperté y se me cayó una lágrima. No importa. Me lavo la cara, mientras caían unas cuantas mas. No importa. Me vestí y seguían las cataratas silenciosas.
De camino al trabajo entré en una panadería y aposté que por los $60 que tenía iba a cambiar mi estado de ánimo. Y gané durante un rato largo, igual por suerte después hay almuerzo....y después mate con bizcochos...y para que te voy a contar...

3 comentarios:

chicle dijo...

Con todo respeto, no escucho consejos de tipos amantes de las balozas.

Intensa mente dijo...

Es como todo...
De pronto se puede acudir al previamente mencionado sistema de asistencia alter-ego.
Todo está dentro de uno mismo. Si podés charla con los optimistas; "Hugo", el pequeño hombrecito, y "Laura", la pequeña damita, son siempre los culpables de que uno se sienta bajoneado. Se los pude guiar para que estén de buen humor, y de ánimo como para enfrentar las embestidas de la cotideaneidad. Mentirillas piadosas.

chicle dijo...

"...se los puede guiar..." sos mi ídolo.