no es pantufla, esta mal decido. segun la real academia española es: pantuflo. (Del fr. pantoufle). 1. m. Calzado, especie de chinela o zapato sin orejas ni talón, que para mayor comodidad se usa en casa.
caro, debo decir que este post fue un abuso. Vos sos conciente de tu poder para captar comments y te haces la viva como diciendo "miren lo que hago, escribo pantufla y todos postean"... y creo que la peor parte de todo, es que no solo funciona con diego que igual postea en blogs de cocina coreana, sino que tambien funciona conmigo, que en este momento ya llevo perdidos unos 5 minutos de vida escribiendo solo porque vos posiste un post que dice pantufla. Taaaaa me voy, chau.
Exacto. Pantufla querida tambien es un post. ¿donde dice que un post debe tener mas de una sola palabra? ¿donde dice que debe tener sentido? ¿y si para mi lo tiene? Por favor, comenten o no. Fuera de tema o no. Pero no cuestionen mis posts!
Es la noche de Navidad y la familia Silverhaus está celebrando su fiesta. Los niños, Clara y Fritz, están impacientes por ver el árbol de Navidad decorado. Theodore, jactándose de su profundo desprecio por los animales, ha colgado centenares de globos oculares de quién sabe qué bichos en las puntas de las ramas. Los padres y la sirvienta están más concentrados en los preparativos para la llegada de los invitados; específicamente, el Señor Silverhaus contempla a la sirvienta despectivamente mientras que cuenta su dinero –más de ochenta mil dólares probablemente- y un niño dawn lustra sus impecables mocasines con dubín inglés.
Al fin se les permite a Clara y a Fritz entrar al salón. Los invitados llegan y Fritz está ansioso por abrir los regalos. Sin embargo, su padre le dice que tiene que esperar. "Esperad, esperad, no cubráis de oprobio la vista jovenzuelo." Entonces los niños se divierten con juegos, mientras los padres conversan amenamente. El señor Silverhaus tiene el pito parado. Después de un rato, el Sr. Silverhaus reparte los regalos.
Un visitante muy particular llega tarde y trae más regalos. Él es Dr. Gunther Spitzner. El inventor del Sea Monkey, la Sierra Eléctrica, La Silla Eléctrica, La Afeitadora Eléctrica, El Cepillo de Dientes Eléctrico, de La Electricidad, del Enchufe, El Dimmer, El Switch, de la palabra "Nubelúz" y, por supuesto, de la Pantufla, entre otros. Spitzner, siendo encantador y terrible a la vez, saluda a los niños chupándoles un poco el cachete. Es un artista increíble. Clara quiere uno de estos "juguetes" que Spitzner inventa, pero su madre no está de acuerdo.
Para consolarla, Spitzner le ofrece un pequeño enchufe blanco, liviano, de los baratos. En fín, Clara baila fascinada con su nuevo regalo. Pero, Fritz está celoso, así que se lo quita, le insulta y lo arroja al devorador fuego de la inmensa estufa a leña. Por suerte, el Dr. Spitzner se apresura a extraer de entre sus ropas un largo y delicioso Cepillo de Dientes Eléctrico. Las miradas de los niños se congelan, estupefactas ante el magnífico artefacto. Es ahí cuando todos los padres y niños empiezan a bailar. Ha comenzado la fiesta. Desenfrenado, excitado, tal vez con el pito parado, Theodore le pregunta a la sirvienta si desea ser su pareja "al menos por unos minutos".
Horas más tarde, en camisa de dormir, Clara se devuelve a hurtadillas al salón en busca del Cepillo de Dientes Eléctrico, ¡pero éste ha desaparecido!
Cosas extrañas empiezan a suceder; enormes y desagradables soretes serpentean por las paredes y atemorizan a Clara. Entonces Silverhaus llega y los obliga a desaparecer, "desapareced, desapareced, infames trozos de caca, rindáos".
Es ahí precisamente cuando el Dr. Spitzner baja corriendo por las escaleras, transpirado, semi desnudo, se despide fugazmente, eructa, y vuelve a mostrar el Cepillo de Dientes Eléctrico. Él mismo había escondido el regalo. Éste, para Clara, era más valioso que la vida misma. Clara llora desconsoladamente. Su padre se aleja en silencio e ingresa al cuarto de servicio.
Segundo Acto
La Sra. Silverhaus come mentas francesas y canta una canción de Reo Speedwagon. Está muy alegre. Mueve los piés al son de la chirriante música que emite la cama del cuarto de servicio. Parece no molestarse. Los niños duermen.
Un par de horas más tarde el Sr. Silverhaus entra sigilosamente al cuarto matrimonial. La Sra. Silverhaus permanece acostada, a oscuras, inmóvil, esperando el momento apropiado para pillar a su marido volviendo a su habitación a esas horas. El Sr. Silverhaus se quita el pantalón, se tira un gas, sordo, con olor, y luego entra a la cama. "¡Theodore!", exclama la Sra. Silverhaus, "me has estado engañando, ¡¿qué te has creído bribón?!". El Sr. Silverhaus pretende explicarse y excusarse "No, mi amor, err... no es lo que tu crees", tartamudea. "Vamos Theodore", contesta la Sra. Silverhaus estirando la letra a. "Sé bien que te has estado tirando a la maldita mucama. Esa sucia negra maloliente de baja clase y puta de mierda", agrega. "Pero no me molesta. No, para nada. ¿Sabes por qué?, porque hace apenas unas horas he tenido una noche de pasión con el Dr. Spitzner. ¡Si!, aunque lo no creas". El Sr. Silverhaus se convierte en una letra R de plástico. Plastronic. La Sra. Silverhaus observa la letra R, que es de color azul por supuesto, de 1mt 80, la acaricia, y la besa en el redondelito. "¡Oh, mi Theodore, mi querido Theodore!" exclama en llantos, "¡Ay!, Que excéntrica manera de abandonarnos". Ella bosteza, coloca la letra R en un rincón, se pone las pantuflas que olvidó Spitzner y se pega un tiro en la cara.
Finalmente, años más tarde, la misma Hada Ciruela Azucarada viene con su caballero a bailar para Clara. Es hora de decir adiós. Clara debe regresar y es llevada a su cama encantada, donde se duerme para continuar soñando con las pantuflas que llevaba puestas su madre el día en que murió.
Este es el comment No. 33, como la edad que yo tenía cuando me morí... físicamente, ¿no?, claro está. Bueno, un saludo para todos los lectores del blog, en especial a maqui, mi padre legítimo.
28 comentarios:
Usas sandalias...pantuflas de duende....
Haceme acordar cuando te vea que te corte los pies.
no.
No entro más, por lo menos hasta que DEmiMENTE vuelva a ser un blog.
No te defino un carajo flaco.
Y aparte que dije que no enteaba más y entré... ahora si, no entro mas. Y punto.
Bueno.
holaaaaaaaa
es cualquiera, pero ta no importa
bou, hablen con sentido hippies y no bardeen. hippies !
no es pantufla, esta mal decido.
segun la real academia española es:
pantuflo.
(Del fr. pantoufle).
1. m. Calzado, especie de chinela o zapato sin orejas ni talón, que para mayor comodidad se usa en casa.
hippies !
caro, debo decir que este post fue un abuso. Vos sos conciente de tu poder para captar comments y te haces la viva como diciendo "miren lo que hago, escribo pantufla y todos postean"... y creo que la peor parte de todo, es que no solo funciona con diego que igual postea en blogs de cocina coreana, sino que tambien funciona conmigo, que en este momento ya llevo perdidos unos 5 minutos de vida escribiendo solo porque vos posiste un post que dice pantufla.
Taaaaa
me voy, chau.
bien sool, caritou sos una hippie cebada de tu exito
Exacto. Pantufla querida tambien es un post. ¿donde dice que un post debe tener mas de una sola palabra? ¿donde dice que debe tener sentido? ¿y si para mi lo tiene? Por favor, comenten o no. Fuera de tema o no. Pero no cuestionen mis posts!
Mi conciencia dice:
Tienen razón. Se que mi ultimo post fue un abuso, pero prometo no hacerlo muy seguido.
Ok.
Y yo prometo ser menos necio, tal vez hablando más lento y enojándome más lento aún. Y en el siguiente comment voy a dejarme llevar.
Primer acto
Es la noche de Navidad y la familia Silverhaus está celebrando su fiesta. Los niños, Clara y Fritz, están impacientes por ver el árbol de Navidad decorado. Theodore, jactándose de su profundo desprecio por los animales, ha colgado centenares de globos oculares de quién sabe qué bichos en las puntas de las ramas. Los padres y la sirvienta están más concentrados en los preparativos para la llegada de los invitados; específicamente, el Señor Silverhaus contempla a la sirvienta despectivamente mientras que cuenta su dinero –más de ochenta mil dólares probablemente- y un niño dawn lustra sus impecables mocasines con dubín inglés.
Al fin se les permite a Clara y a Fritz entrar al salón. Los invitados llegan y Fritz está ansioso por abrir los regalos. Sin embargo, su padre le dice que tiene que esperar. "Esperad, esperad, no cubráis de oprobio la vista jovenzuelo." Entonces los niños se divierten con juegos, mientras los padres conversan amenamente. El señor Silverhaus tiene el pito parado. Después de un rato, el Sr. Silverhaus reparte los regalos.
Un visitante muy particular llega tarde y trae más regalos. Él es Dr. Gunther Spitzner. El inventor del Sea Monkey, la Sierra Eléctrica, La Silla Eléctrica, La Afeitadora Eléctrica, El Cepillo de Dientes Eléctrico, de La Electricidad, del Enchufe, El Dimmer, El Switch, de la palabra "Nubelúz" y, por supuesto, de la Pantufla, entre otros. Spitzner, siendo encantador y terrible a la vez, saluda a los niños chupándoles un poco el cachete. Es un artista increíble. Clara quiere uno de estos "juguetes" que Spitzner inventa, pero su madre no está de acuerdo.
Para consolarla, Spitzner le ofrece un pequeño enchufe blanco, liviano, de los baratos. En fín, Clara baila fascinada con su nuevo regalo. Pero, Fritz está celoso, así que se lo quita, le insulta y lo arroja al devorador fuego de la inmensa estufa a leña. Por suerte, el Dr. Spitzner se apresura a extraer de entre sus ropas un largo y delicioso Cepillo de Dientes Eléctrico. Las miradas de los niños se congelan, estupefactas ante el magnífico artefacto. Es ahí cuando todos los padres y niños empiezan a bailar. Ha comenzado la fiesta. Desenfrenado, excitado, tal vez con el pito parado, Theodore le pregunta a la sirvienta si desea ser su pareja "al menos por unos minutos".
Horas más tarde, en camisa de dormir, Clara se devuelve a hurtadillas al salón en busca del Cepillo de Dientes Eléctrico, ¡pero éste ha desaparecido!
Cosas extrañas empiezan a suceder; enormes y desagradables soretes serpentean por las paredes y atemorizan a Clara. Entonces Silverhaus llega y los obliga a desaparecer, "desapareced, desapareced, infames trozos de caca, rindáos".
Es ahí precisamente cuando el Dr. Spitzner baja corriendo por las escaleras, transpirado, semi desnudo, se despide fugazmente, eructa, y vuelve a mostrar el Cepillo de Dientes Eléctrico. Él mismo había escondido el regalo. Éste, para Clara, era más valioso que la vida misma. Clara llora desconsoladamente. Su padre se aleja en silencio e ingresa al cuarto de servicio.
Segundo Acto
La Sra. Silverhaus come mentas francesas y canta una canción de Reo Speedwagon. Está muy alegre. Mueve los piés al son de la chirriante música que emite la cama del cuarto de servicio. Parece no molestarse. Los niños duermen.
Un par de horas más tarde el Sr. Silverhaus entra sigilosamente al cuarto matrimonial. La Sra. Silverhaus permanece acostada, a oscuras, inmóvil, esperando el momento apropiado para pillar a su marido volviendo a su habitación a esas horas. El Sr. Silverhaus se quita el pantalón, se tira un gas, sordo, con olor, y luego entra a la cama.
"¡Theodore!", exclama la Sra. Silverhaus, "me has estado engañando, ¡¿qué te has creído bribón?!". El Sr. Silverhaus pretende explicarse y excusarse "No, mi amor, err... no es lo que tu crees", tartamudea. "Vamos Theodore", contesta la Sra. Silverhaus estirando la letra a. "Sé bien que te has estado tirando a la maldita mucama. Esa sucia negra maloliente de baja clase y puta de mierda", agrega. "Pero no me molesta. No, para nada. ¿Sabes por qué?, porque hace apenas unas horas he tenido una noche de pasión con el Dr. Spitzner. ¡Si!, aunque lo no creas". El Sr. Silverhaus se convierte en una letra R de plástico. Plastronic. La Sra. Silverhaus observa la letra R, que es de color azul por supuesto, de 1mt 80, la acaricia, y la besa en el redondelito. "¡Oh, mi Theodore, mi querido Theodore!" exclama en llantos, "¡Ay!, Que excéntrica manera de abandonarnos". Ella bosteza, coloca la letra R en un rincón, se pone las pantuflas que olvidó Spitzner y se pega un tiro en la cara.
Finalmente, años más tarde, la misma Hada Ciruela Azucarada viene con su caballero a bailar para Clara. Es hora de decir adiós. Clara debe regresar y es llevada a su cama encantada, donde se duerme para continuar soñando con las pantuflas que llevaba puestas su madre el día en que murió.
Mis más sinceros pedidos de disculpas anonymous.
Mi conciencia dice:
Tienen razón. Se que mi ultimo comment fue un abuso, pero prometo no hacerlo muy seguido.
Y ahora, como por si todo esto fuera poco... ¡la definición sarcástico-repugnante de la palabra blog!:
"Una página web donde los comments son más largos que los posts".
Créditos: Sara Requena, "Requena, definiciones para todos", Ed. Hitlord, 1992.
JAJAJAJAJAJAJ!!!!!!!!!!!!!!! este tipo es mi ídolo!
Brutal tu cambio de catitud viejo
cracias, muchas cracias.
actitud quise decir, puto
ay!, yo también te adoro.!
Este es el comment No. 33, como la edad que yo tenía cuando me morí... físicamente, ¿no?, claro está. Bueno, un saludo para todos los lectores del blog, en especial a maqui, mi padre legítimo.
Mientras pueden pasar a ver
http://maquitino.blogspot.com
este es el comment número 35!!
Esto esta fuera de control.
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